Dios ha concedido a San Judas Tadeo poderes extraordinarios de intercesión ante el Trono de Su Misericordia.
La experiencia de tantos siglos de ininterrumpida devoción -durante los que innumerables y extraordinarios milagros se han derramado sobre la humanidad por medio de la intercesión de San Judas Tadeo- nos demuestra cómo las oraciones a este gran Santo son especialmente agradables al corazón de Jesús Misericordioso.
Miles de personas que sufren invocan diariamente su milagrosa intercesión y es especialmente en los casos difíciles y críticos en los que se experimenta su milagrosa ayuda.
Venid, sí, venid todos los que sufrir de cualquier tipo de males, los que estáis afligidos, desconsolados, desesperanzados, oprimidos, venid a los pies del gran consolador San Judas Tadeo; exponedle vuestras necesidades, poned en su intercesión poderosa vuestra fe fuerte y firme, superad las deficiencias, las dudas, la ansiedad y, sobre todo, no os abandonéis a la desesperación: ¡estáis en los brazos de un gran Santo! Debéis estar seguros que él os consolará y ayudará.
A esta confianza añadid la constancia en la oración, aunque todo os parezca imposible de obtener; San Judas Tadeo, recordadlo, obra por caminos misteriosos, usa de medios de ayuda y de consuelo a los que nosotros, pequeñas criaturas, no podemos pensar.
Así pues, la fe en el poder de este excepcional Patrón, acompañada de la oración perseverante, serán los canales a través de los que el Sagrado Corazón de Jesús hará descender su divina gracia sobre nuestros sufrimientos.
Oh Glorioso Apóstol san Judas Tadeo, siervo fiel y amigo de Jesús, el nombre del traidor ha sido la causa de que fueses olvidado de muchos; pero la Iglesia te honra y te invoca como Patrón especial de las COSAS DIFÍCILES y DESESPERADAS, ruega por mí para que reciba yo los consuelos y el socorro del cielo en todas mis necesidades y sufrimientos particularmente ( Aquí se pide lo que se desea ) y para que pueda gozar yo en el cielo en tu compañía y con los demás elegidos en la eternidad.
Yo prometo Apóstol bienaventurado, acordarme siempre de este favor, jamás dejaré de honrarte y he de hacer todo lo posible por propagar tu devoción.
San Judas Tadeo Apóstol Glorioso, Haz que mis penas se vuelvan en gozo.
San Judas Tadeo, ruega por mí y por todos los que piden tu protección. (Padrenuestro, Ave María y Gloria)
Henos aquí, ante ti, glorioso Apóstol San Judas, para ofrecerte el homenaje de nuestra devoción y de nuestro amor.
Tú haces sentir amorosamente a los que te invocamos tu poderosa ayuda y patrocinio y que no es vana la fe puesta en la bondad de tu corazón. Por esto, te ofrecemos el homenaje de nuestra devoción, memoria de los favores ya recibidos y llenos de gratitud por la asistencia concedida.
Pero, al mismo tiempo, nos sentimos movidos a suplicarte que no cese nunca tu ayuda y protección. Tú, que además de por un singular amor, estuviste unido con lazos de parentesco al Divino Redentor Jesús, fuente de todo bien, obtennos las gracias que necesitamos para llevar una vida santa y consíguenos también las bendiciones que son signo de la divina complacencia.
Que Dios bendiga, por tu intercesión, querido Apóstol, a los fieles que te honran y promueven tu culto, a todos aquellos que movidos por tu ejemplo trabajan para la gloria y el bien de las almas; que cuantos te invocan -entre los que me incluyo- sientan en el corazón que son escuchados: y la gracia divina descienda subsanando las debilidades de todos, de modo que amando y sirviendo a la divina bondad nos sea concedida la corona y la alegría de los siervos fieles. Así sea. Padrenuestro, Ave María, Gloria
San Judas, Apóstol glorioso, fiel siervo y amigo de Jesús. El nombre del traidor es la causa de que muchos te olviden, pero la Iglesia te honra y te invoca universalmente como patrono de los necesitados.
Ruega por mí, que soy tan miserable; haz uso del particular privilegio a ti concedido de hacer llegar de forma visible y rápida la ayuda donde es tan urgente. Ven en mi auxilio en esta gran necesidad, de modo que pueda recibir el consuelo y la protección del Cielo en todas mis tribulaciones y sufrimientos, especialmente (hágase la petición), y pueda bendecir a Dios contigo y todos los elegidos por toda la Eternidad. Te prometo, oh San Judas, de reconocer este gran favor, y no cesaré jamás de honrarte como mi especial y poderoso patrono, y de hacer cuanto esté en mi mano para animar la devoción de todos hacia ti. Amén.
San Judas, ruega por nosotros y por todos aquellos que invocan tu ayuda.
San Judas, auxilio de quien está privado de esperanza, ayúdame en mis aflicciones.
Ruega por nosotros, para que aplaquemos la Divina Justicia y obtengamos una sentencia favorable.
Ruega por nosotros, para que seamos admitidos en la compañía de los santos y gocemos eternamente de la presencia de Dios. Amén.
Santo Apóstol, te invocamos con confianza.
Ruega por nosotros, para que antes de la muerte podamos espiar todos nuestros pecados con un sincero arrepentimiento y recibir dignamente los santos sacramentos.
ORACIÓN
Apóstol glorioso, San Judas Tadeo, que expandiste la verdadera fe hasta las naciones más lejanas; que ganaste a la obediencia a Jesucristo muchas tribus y pueblos con el poder de tu santa palabra, concédeme, te suplico, que desde este día yo renuncie a toda actitud pecaminosa, que sea preservado de todo mal pensamiento y pueda siempre obtener tu protección, especialmente en todo peligro y dificultad, y que pueda alcanzar la patria celestial, para adorar contigo a la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.
(En preparación de la fiesta del Santo, 28 de Octubre)
1) Glorioso San Judas, por tu fe sólida y operante, obtenme en estos
tiempos tan difíciles firmeza en la fe. Padrenuestro, Ave María, Gloria.
2) Muchas son nuestras necesidades, nuestras enfermedades de espíritu y
cuerpo. Piadoso Apóstol San Judas, ayúdanos a todos el esperar en los méritos infinitos
del divino Salvador Jesús. Padrenuestro, Ave María, Gloria.
3) ¡Qué grande, oh celoso Apóstol, fue tu amor hacia Dios! Obtennos
también a nosotros amar a Dios sobre todas las cosas. Padrenuestro, Ave María, Gloria.
4) Ni la fe es útil, ni la caridad es sincera si no se corresponden con
las buenas obras. Haz, oh, infatigable Apóstol, que imitándote, no seamos cristianos
solo de nombre, sino también de obra. Padrenuestro, Ave María, Gloria.
5) ¿Y qué podemos hacer nosotros sin la ayuda de Dios? Dígnate, o
amigo de Cristo, de obtenernos que vivamos unidos a Él con espíritu de oración y
frecuentando los Santos Sacramentos. Padrenuestro, Ave María, Gloria.
6) Porque el mundo y el demonio intentan seducirnos, o maestro de la
verdad, aleja de nosotros a los corruptores de la fe y de las costumbres. Padrenuestro,
Ave María, Gloria.
7) Oh Mártir glorioso de nuestra fe, obtennos poder vivir y morir en el
seno de la Santa Madre Iglesia Católica y en la unión con el Romano Pontífice.
Padrenuestro, Ave María, Gloria.
8) Oh consolador de los atribulados, con tu ejemplo e intercesión,
haznos misericordiosos con nuestro prójimo. Padrenuestro, Ave María, Gloria.
9) Oh glorioso Príncipe del Cielo, protector en las causas difíciles y
desesperadas, a ti recurrimos para obtener las gracias de las que estamos necesitados, de
modo que en todo sea Dios glorificado. Así sea. Padrenuestro, Ave María, Gloria.
V/ Ruega por nosotros San Judas Tadeo.
R/ Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Jesucristo.
OREMOS
Oh Dios, cuya bondad y clemencia nunca se agotan, inclina tu oído a las oraciones de tus fieles que confían en la intercesión de tu Apóstol Judas, por cuyos méritos elevamos a ti nuestras peticiones. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
1) Gran Apóstol de Jesucristo, glorioso San Judas, postrado a tus pies
te venero con afecto de hijo y te pido me obtengas del Señor el perdón de todos mis
pecados, que detesto con toda mi alma, y también la gracia especial de la que estoy
tan necesitado. Padrenuestro, Ave María, Gloria.
2) Espléndida lámpara de la Iglesia de Jesucristo, amable San Judas,
tú que la edificaste con tu gran sabiduría y santidad, ruega por el aumento en mi de
todas las virtudes y la obtención de la gracia particular que te pido Padrenuestro,
Ave María, Gloria.
3) Invicto campeón de la fe, admirable San Judas, desde el alto trono
que mereciste por tu apostolado y martirio, acoge, por tu patrocinio en la vida y en la
muerte, la súplica que te dirijo en la presente necesidad Padrenuestro, Ave María,
Gloria.
V/ Ruega por nosotros San Judas Tadeo.
R/ Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Jesucristo.
OREMOS
Oh Dios, cuya bondad y clemencia nunca se agotan, inclina tu oído a las oraciones de tus fieles que confían en la intercesión de tu Apóstol Judas, por cuyos méritos elevamos a ti nuestras peticiones. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
HIMNO
Los labios se abren
Para el himno festivo
En honor de San Judas
El Apóstol Glorioso.
Oh Judas Tadeo,
Con tu santidad,
Por el mundo tan reo
Implora piedad.
Ardiste de celo,
Pureza y amor,
Por esto, ahora en el cielo,
Contemplas al Señor.
De Cristo la llamada
Seguiste y la voz
Fiel lo has servido
Hasta la Cruz.
Por nosotros también implora
Que en esperanza, que en fe,
Seguimos cada hora
A Él solo, el Gran Rey.
Oh Apóstol glorioso,
Que arriba en el Cielo
Nos guíes piadoso
Hasta llegar a Jesús.
Letanías a San Judas Tadeo
Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Dios Padre celestial, ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
Trinidad Santa, un solo Dios, ten piedad de nosotros.
San Judas Tadeo, que estás junto a Jesús y María, ten piedad de nosotros.
San Judas Tadeo, que fuiste digno no solo de ver sensiblemente a las santísimas personas
de Jesús y María, sino también de gozar de sus suaves coloquios, ruega por nosotros.
San Judas Tadeo, tú que fuiste enaltecido por Jesucristo a la dignidad del ministerio
apostólico, ruega por nosotros.
San Judas Tadeo, tú que en la Última Cena recibiste con gran adoración la Santísima
Eucaristía de manos de tu amadísimo Maestro Jesucristo, ruega por nosotros.
San Judas Tadeo, tú que después de haber llorado amargamente la muerte de Jesús,
habiendo resucitado lo viste ascender a la gloria en los Cielos, ruega por nosotros.
San Judas Tadeo, tú que en el día de Pentecostés, junto con los demás Apóstoles,
fuiste repleto del Espíritu Santo, ruega por nosotros.
San Judas Tadeo, tú que después de la Ascensión de Cristo te dedicaste a instruir en la
doctrina evangélica a las naciones de Persia, ruega por nosotros.
San Judas Tadeo, tú que con tu doctrina convertiste a innumerables infieles a la
verdadera religión, ruega por nosotros.
San Judas Tadeo, tú que por la virtud del Espíritu Santo obraste tantos y tan grandes
milagros, ruega por nosotros.
San Judas Tadeo, tú que por la gracia divina hiciste callar a los demonios en los ídolos
y confundiste los encantamientos de los magos, ruega por nosotros.
San Judas Tadeo, tú que quitaste a las serpientes el poder hacer daño con su veneno a
los hombres, ruega por nosotros.
San Judas, tú que despreciando las amenazas de los impíos propagaste los verdaderos
dogmas de la fe, ruega por nosotros.
San Judas Tadeo, tú que confesando el nombre de Cristo consumaste el camino de la vida
bajo los golpes de los palos, ruega por nosotros.
San Judas Tadeo, a fin de que seamos tus devotos, ruega por nosotros.
Te pedimos que supliques por los Príncipes cristianos, para que velen con celo y
constancia por la fe católica, te rogamos óyenos.
Para que Dios, por tus méritos se digne convertir a los herejes y a los infieles a la
verdadera fe, te rogamos óyenos.
Para que nos ayudes a crecer en la Fe, la Esperanza y la Caridad, te rogamos óyenos.
Para que te dignes quitar de nosotros todos los malos pensamientos y las insidias
diabólicas, te rogamos óyenos.
Para que protejas con tu patrocinio a cuantos devotamente se ponen bajo tu patrocinio, te
rogamos, óyenos.
Para que los preserves de los pecados y de todas las malvadas ocasiones, te rogamos,
óyenos.
Para que antes de la muerte puedan dignamente recibir los Santos Sacramentos y la total
remisión de sus culpas, te rogamos, óyenos.
Para que en su agonía te dignes defenderlos y confortarlos contra las diabólicas
tentaciones, te rogamos, óyenos.
Para que alcances para ellos una benigna sentencia de Cristo Juez, te rogamos, óyenos.
Para que te dignes introducirlos en la Patria de los Justos, te rogamos, óyenos.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
V/ San Judas Tadeo, intercede por nosotros.
R/ Y aleja de nosotros cualquier desgracia.
V/ Ruega por nosotros San Judas Tadeo.
R/ Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Jesucristo.
OREMOS
Oh Dios, cuya bondad y clemencia nunca se agotan, inclina tu oído a las oraciones de tus
fieles y concede a todos aquellos que te veneran por medio de tu Apóstol San Judas Tadeo
que en virtud de sus méritos puedan alcanzar lo que piden. Por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.
V/ Bendigamos al Señor.
R/ Demos gracias a Dios.
V/ Las almas de los fieles difuntos por la Misericordia de Dios descansen en paz.
R/ Amén.
V/ El auxilio divino permanezca siempre con nosotros.
R/ Amén.
A SAN JUDAS TADEO
San Judas, mi predilecto,
Ven a mi casa que te espero;
Ven y ve;
Tú sabes lo que falta;
Ven y mira,
Lo que falta tráelo.
Lo que no es bueno para mi casa,
Ven y échalo fuera.
ORACIÓN
Visita, Señor, esta habitación y aleja de ella las insidias del enemigo, que tus santos
ángeles habiten en ella y nos guarden en paz, y que tu bendición permanezca siempre con
nosotros. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Oh misericordioso Apóstol San Judas Tadeo, Mártir de Jesucristo. Acuérdate de la dulcísima
alegría de la que gustó tu corazón cerca de Cristo, tu amado Maestro, quien os enseñó
a ti y a los otros Apóstoles la oración del Padrenuestro: por esta dulzura, te suplico
que intercedas para que yo sirva fielmente con la mayor perseverancia hasta el fin de mi
vida a mi Divino Maestro. Amén. (L. IV, cap. 4)
Padrenuestro, Ave María, Gloria
Oh querido San Judas Tadeo, que con tus manos has sanado, por virtud divina, tantas enfermedades
de alma y cuerpo, socórreme en esta debilidad y obtenme del Señor que, si es su
voluntad, me sane de esta enfermedad, de modo que pueda servirle y alabarle cada día
más. Amén.
Oh, San Judas Tadeo, mi patrón y abogado, te pido que me ayudes en esta necesidad y sobre todo que me alcances de Dios el perdón de mis culpas, por las que debo soportar estas penas temporales. Y también pide a Dios que me libere de la actual tribulación y angustia, para que esto no sea contrario a mi eterna salvación. Te encomiendo, Oh San Judas Tadeo, velar sobre mi cuerpo y alma, de modo que la malicia y la violencia del demonio no me puedan dañar y que las cruces y contrariedades no me alejen de Dios, sino que me sirvan de ayuda para alcanzar un día la felicidad eterna en el cielo. Amén.
EN LAS TENTACIONES
Oh piadoso Apóstol del Señor, que fuiste un benéfico dador de la salud, obrando milagros para el alivio de los pobres enfermos, a ti recurro con gran fe en mi enfermedad (o también: en la enfermedad en la que se encuentra una persona querida) para obtener, por gracia del Señor, liberación, prosperidad y salud. Reconociendo el favor que por vuestra intercesión espero obtener, prometo dedicarme más santamente en mi vida de cada día para merecer del Señor el premio de los siervos buenos y fieles. Padrenuestro, Ave María, Gloria, Credo.
(Para obtener alguna gracia)
Oh glorioso Apóstol San Judas Tadeo, verdadero pariente de Jesús y María según la
carne, recurro a ti, ya que bien sé de tu gran dignidad y poder ante el Corazón Divino
de Jesús. Por medio de este Corazón Divino alabo y bendigo a Dios por todas las gracias
de las que me ha colmado. Humildemente postrado ante ti, te suplico con todo el fervor de
mi espíritu que dirijas tu mirada piadosa sobre mi.
Acoge mis pobres oraciones y no permitas que la fe que en ti pongo quede defraudada.
A ti te ha concedido el Señor el privilegio de ayudar a la humanidad en los casos más
desesperados.
Ven en mi ayuda, para que pueda ensalzar las misericordias de Dios.
Te prometo agradecerte durante toda mi vida y ser siempre tu devoto, hasta que pueda, como
así espero, agradecértelo por toda la eternidad arriba en el Cielo. Amén.
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