POEMA ANÓNIMO

 

Pedí a Dios la fuerza que me diera el triunfo,
y fui hecho débil para que supiera obedecer con humildad.

Pedí la salud que me permitiera hacer las cosas más grandes,
y fui hecho enfermo para que hiciera las cosas mejores.

Pedí las riquezas que me dieran dicha,
y se me dio pobreza para que fuera sabio.

Pedí la fuerza que me ganara el elogio de los hombres,
y fui hecho débil para que sintiera la falta de Dios.

Pedí todas las cosas que me hicieran gozar de la vida,
y me fue dada la vida para que disfrutara de todas las cosas.

Nada recibí de lo que pidiera,
sino todo aquello que había esperado.

Casi a mi pesar, mi oración callada recibió respuesta.

Soy, entre todos los hombres el más abundantemente bendito.

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