Crónicas de la visita de las reliquias de Santa Teresita a España

Urna con las reliquias de Santa Teresita de Lisieux

RECEPCIÓN DE LAS RELIQUIAS DE SANTA TERESA DE LISIEUX EN ESPAÑA


El jueves 4 de septiembre de 2003, la urna-relicario que contiene los restos mortales de Santa Teresita del Niño Jesús llegó al aeropuerto de Madrid, proveniente de Lisieux. El acto de acogida se desarrolló en el pabellón de estado, con asistencia de uno de los obispos auxiliares de Madrid, delegados de la Conferencia Episcopal, el Provincial de los Carmelitas Descalzos de Castilla y una nutrida representación de autoridades, religiosos y fieles. Miembros del instituto secular Notre Dame de Vie entonaron poesías de la Santa en francés, alternadas con la lectura de textos suyos y oraciones. Posteriormente, 8 policías nacionales, uniformados de gran gala, acompañados por todos los presentes, trasladaron el relicario hasta la capilla del aeropuerto, por donde desfilaron varios centenares de fieles durante las horas que permaneció expuesto al público.

A las 5 de la tarde la urna salió hacia Ávila, acompañada en todo momento por D. Jorge Fernández, Secretario de Estado para la relación con las Cortes así como por un helicóptero y varios vehículos y de la Policía Nacional. A su llegada a Ávila fue acogida por el Sr. Obispo de la Diócesis, acompañado por representantes de las autoridades locales y regionales, de las más variadas instituciones, de los movimientos eclesiales y de numerosos fieles. La banda sinfónica de la Policía Nacional interpretó varios himnos durante el traslado hasta el convento de S. José de Carmelitas Descalzas. El Sr. Obispo de Ávila, el Alcalde de la ciudad, el coordinador nacional de la visita y la superiora del monasterio tuvieron sendos discursos. Igualmente, se dio lectura a cartas enviadas por el obispo de Lisieux y por el General de los Carmelitas Descalzos. Mientras los fieles esperaban en largas colas para acceder al templo, grupos folklóricos interpretaban danzas regionales en el exterior y grupos de música de cámara interpretaban cantos religiosos en el interior.

El viernes 5 de septiembre se sucedieron numerosos actos en la Iglesia del Monasterio: encuentros para niños, para jóvenes, para consagrados, etc. El Nuncio de Su Santidad en España, acompañado por 6 obispos y más de un centenar de sacerdotes concelebrantes, presidió una solemne Eucaristía, en la que la comunidad de monjes Benedictinos del monasterio del Valle de los Caídos, interpretó las partes cantadas. A la misma asistió el Sr. Acebes, ministro de interior, así como otras personalidades de la cultura y de la política. En la vigilia nocturna de oración participaron, junto a numerosos jóvenes provenientes de toda la geografía nacional, todos los seminaristas mayores de las diócesis de Castilla y León.

El sábado 6 de septiembre se realizó una emotiva procesión desde el monasterio de S. José a la Iglesia de «La Santa» (casa natal de Santa Teresa de Ávila, convento de Carmelitas Descalzos, donde tiene su sede el Centro Internacional de Estudios Teresiano- Sanjuanistas). Los estandartes de todas las Cofradías religiosas de la ciudad acompañaron la urna-relicario. Varios miles de peregrinos desfilaron por el templo durante toda la mañana. Por la tarde, fue trasladada al monasterio de La Encarnación de Carmelitas Descalzas. Entre los numerosos actos que allí se realizaron, cabe destacar el concierto orante que las Carmelitas Descalzas ofrecieron en un templo totalmente abarrotado. Interpretaron partituras conservadas en sus archivos de los siglos XII, XV y XVI con el órgano que posee el monasterio desde los tiempos de Santa Teresa. Cantaron a voces poesías de Santa Teresita, acompañando con flautas, panderos, xilofón y otros instrumentos.

El domingo 7 la urna fue trasladada procesionalmente a la catedral, donde el Obispo de la diócesis presidió una solemne Eucaristía. Acompañaron el traslado unos 150 clérigos, autoridades, bandas de música, los caballeros del Corpus de Toledo, representantes de grupos y movimientos eclesiales… que formaban un impresionante cortejo. Ya por la tarde, la urna viajó a Piedra Hita y Arenas de S. Pedro, donde continuaron las celebraciones.

EN GALICIA

El Obispo, el clero, los seminaristas, autoridades y fieles de Ourense recibieron a la Santa con cohetes y música de gaitas en una visita de pocas horas de duración pero vivida con mucha intensidad. En Santiago de Compostela se desbordaron todas las previsiones. Las puertas del Carmelo estaban recubiertas con alfombras de flores. Niñas ataviadas con trajes regionales lanzaban cestos llenos de pétalos de rosas mientras una multitud enfervorizada aplaudía y cantaba. No es de extrañar que el presidente de la Xunta de Galicia hubiera de interrumpir el discurso de bienvenida, embargado por la emoción. Los seminaristas de la diócesis trasladaron procesionalmente a la Santa hasta la catedral, llena a rebosar durante todas las celebraciones. La Coruña y varios pueblos de la diócesis de Mondoñedo-El Ferrol también se volcaron en las distintas celebraciones y encuentros.

EN LA CÁRCEL DE LEÓN

Hermosos fueron los actos de Gijón y Oviedo, impresionante la marea humana que se congregó en la catedral de León y en el santuario de la Virgen del Camino, pero el encuentro con los reclusos de la cárcel de Mancilla de las Mulas fue uno de los más emocionantes. No podemos olvidar que Santa Teresita consideraba su primer "hijo" a un condenado a muerte, de nombre Pranzini, por cuya salvación oró con insistencia. Los funcionarios de la cárcel leonesa hicieron llegar al Obispo diocesano una carta con 400 firmas de reclusos que solicitaban la visita (muchos de ellos, musulmanes). Se tuvieron 4 celebraciones por grupos. Muchos ojos de funcionarios, internos e internas se llenaron de lágrimas al escuchar testimonios y al recoger petalos de rosas junto a la urna, que entró en el recinto por la misma puerta que atraviesan los condenados, ya que la furgoneta no cabía por otro sitio.

4. EN LA CLAUSURA DEL CONGRESO MISIONERO DE BURGOS

En Zamora, Valladolid y Palencia se multiplicaron los actos de oración, para facilitar la asistencia de los fieles, que acudieron en gran número. Todos fueron hermosos y muy participados, aunque destacaba por su belleza la procesión nocturna, con antorchas, por las calles de Valladolid y por su sobriedad el encuentro con los monjes de la Trapa de Venta de Baños.

Una marea humana acompañó la procesión con el relicario por el paseo del Empecinado de Burgos, así como los distintos encuentros de oración que se sucedieron en la diócesis. En la catedral de Burgos, en presencia de algo más de 800 congresistas, de numerosos fieles y seguida en directo por TVE, el Cardenal Rouco presidió la conclusión del Congreso Nacional de Misiones. En su homilía subrayó la labor de los 20.000 misioneros españoles esparcidos por el mundo y pidió para todos la fortaleza de ánimo de S. Francisco Javier, de Sta. Teresa de Jesús y de Sta. Teresita del Niño Jesús, «verdadera maestra de la Iglesia contemporánea en el conocimiento del Amor».

5. GIRA POR EL PAÍS VASCO Y NAVARRA

El fervor ha ido creciendo con el número de participantes en todos los actos: encuentros para niños, jóvenes, ancianos, consagrados, vigilias vocacionales y misioneras, procesiones, bailes populares... No sólo en las grandes ciudades de Vitoria, Bilbao, San Sebastián y Pamplona, sino también en los pequeños pueblos y caseríos: Murguía, Orduña, Gecho, Larrea, Marquina, Durango, Zarauz, Fuenterrabía, Donamaría, Lizaso... con visitas incluídas al castillo de Javier y al monasterio de Leyre.

Santa Teresita continuó su viaje por 51 diócesis españolas hasta el 22 de diciembre, en que regresó a Francia, para desplazarse pocos días después a Benín, Nueva Zelanda, Polonia y las Islas Seychelles.

6. LOS VIAJES DE LAS RELIQUIAS DE SANTA TERESA DE LISIEUX

Los restos mortales de Santa Teresa de Lisieux se encuentran recorriendo el mundo entero desde 1994, lo que supone un acontecimiento mundial sin precedentes. Normalmente son los fieles los que peregrinan a los lugares santos, como Jerusalén, Roma o Santiago de Compostela. En este caso es al revés, son las reliquias de la Santa las que visitan a los fieles. Todo comenzó cuando el rector de la Basílica de Lisieux decidió organizar unos encuentros de oración en París, Lyon y Marsella, como preparación al centenario de la muerte de la santita en 1997. Para dichos encuentros, se trasladó la urna-relicario desde el Carmelo de Lisieux. La participación de fieles fue tan desbordante que pilló desprevenidos a los organizadores. Además, desde numerosos monasterios y santuarios solicitaron poder albergar en sus muros tan preciosas reliquias y organizar encuentros de oración en torno a ellas. También llegaron peticiones desde otros países. En cada lugar se repitieron las mismas escenas: auténticas muchedumbres se agolpaban en las puertas de los templos y en los caminos por donde había de pasar la furgoneta con el relicario, para poder verla, aunque fuera de lejos. Igualmente, se multiplicaron las conversiones y las vocaciones para la vida religiosa y sacerdotal, renovándose la práctica sacramental en numerosos fieles. Los testimonios de agradecimiento por los favores recibidos son incontables.

Las reliquias han visitado ya Bélgica, Luxemburgo, Alemania, Italia, Suiza, Austria, Eslovenia, Brasil, Holanda, Rusia, Siberia, Kazakhistán, Argentina, Estados Unidos, Honolulu, Filipinas, Taiwán, Hong Kong, México, Irlanda, Bosnia- Herzegovina, Canadá, Australia, Polinesia, las islas de Nueva Caledonia, Walis y Fortuna, Vanatu, Tahití y las Islas Marquesas, El Líbano, Iraq, La Reunión, Madagascar, Isla Mauricio y Malta, Mali, Egipto y Polonia.

7. LAS PROMESAS DE TERESA

Dios tendrá que satisfacer todas mis peticiones en el cielo, porque yo no he hecho nunca mi voluntad en la tierra. (UC 13.7.1897)

Pienso en todo el bien que podré hacer después de mi muerte: ayudar a los sacerdotes, a los misioneros, a toda la Iglesia. (UC 13.7.1897)

Presiento que voy a entrar en el descanso. Pero presiento, sobre todo, que mi misión va a empezar: mi misión de hacer amar a Dios como yo le amo, de dar a las almas mi caminito. Si Dios escucha mis deseos, pasaré mi cielo en la tierra hasta el fin del mundo. Sí, quiero pasar mi cielo haciendo el bien en la tierra... no quiero descansar mientras haya almas que salvar. (UC 17.7.1897)

Dios no me daría este deseo de hacer el bien en la tierra después de mi muerte, si no quisiera realizarlo; me daría, más bien, el deseo de descansar en él. (UC 18.7.1897)

Después de mi muerte, haré descender una lluvia de rosas... cuento con no estar inactiva en el cielo. Mi deseo es seguir trabajando por la Iglesia y por las almas. Se lo pido a Dios y estoy segura de que me escuchará. ¿No están los ángeles continuamente ocupados de nosotros, sin cesar nunca de contemplar el rostro divino, de abismarse en el océano sin orillas del Amor? ¿Por qué no ha de permitirme Jesús imitarles? Ya ves que, si abandono el campo de batalla, no es con el deseo egoísta de descansar. (a su hermana Celina)



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