Honestidad. Toma años construir la confianza y sólo unos segundos destruirla.
Comparaciones. Debemos compararnos solo a los santos para aprender de ellos. Otras comparaciones proceden del mal espíritu.
Riqueza. Ser rico es ser hijo del Rey que es dueño de todo. Quien conoce a su Padre buscará los tesoros más altos que no se compran con dinero.
Alimentación: Aliméntate de la Palabra de Dios, leyendo un pasaje del Evangelio cada día.
Deseos y emociones. Quien no controla sus deseos y emociones será controlado por ellos. El yugo se irá cerrando hasta que la pobre víctima quede estrangulada. Dominio de sí es la verdadera libertad que cuida de nuestros deseos y emociones como el jardinero un jardín. Arranca lo malo y abona lo bueno.
Edificar. Derrumbar es fácil y rápido. Construir es difícil y largo.
Palabra. Una palabra basta para derrumbar años de esfuerzo. Una palabra puede dar vida. Depende de qué espíritu la inspira.
Cruz. La mejor escuela es la contemplación de la cruz: sólo así se aprende a amar, a perdonar, a sufrir, a ser plenamente humanos...
Tentaciones. "En tiempo de tempestad no se hacen mudanzas" (San Ignacio de Loyola) Es decir: en tiempo de tentación, jamás debemos cambiar de postura ni apartarnos de lo que habíamos decidido en tiempos de consolación.
Amistad. El verdadero amigo es un aliado de Dios que nos dice la verdad y no lo que deseamos escuchar.
Corazón. Cuando se trata del corazón, las personas no saben sino lo que aprenden de los corazones de Jesús y de María.
Caso perdido. No existe nadie que sea un "caso perdido" pues el pecado más terrible encuentra cabida en el Corazón traspasado de Jesús.
Felicidad: La verdadera felicidad no la tienen los millonarios, ni las estrellas famosas, sino sólo los santos. La felicidad es la presencia de Dios reinando en nuestro corazón. Todos podemos ser santos con la gracia de Dios. Encontrar la felicidad no depende de la suerte ni del éxito de nuestros planes. Sólo depende de nuestra total confianza y entrega en Dios.
Amor. El único amante es Dios... y todo aquel que se deja amar por El.
Algunos errores que debemos evitar.
- Preocuparse por el futuro sin confiar en Dios. Perderíamos tanto en el presente como en el futuro.
- Querer ser lo que no somos: nuestra felicidad no está en soñar fantasías, sino en realizar con audacia la vocación de Dios para nosotros.
- Perder la vida para tener dinero: Luego perderemos el dinero y no tendremos vida.
- Vivir como si no fuéramos a morir: La muerte entonces sería definitiva.
Web católico de Javier
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