Web católico de Javier
Lunes: Día de Lavado.
-Señor, ayúdame a lavar todo mi egoísmo y vanidad, para que te pueda servir con perfecta humildad durante cada día de mi vida.
Martes: Día de planchado.
-Señor, ayúdame a planchar las arrugas de los prejuicios que he almacenado durante todos estos años, para que pueda ver lo bueno de los demás y no sólo sus fallos.
Miércoles: Día de remiendo.
-Señor, ayúdame a remendar mi modo de ser, para que no sea un mal ejemplo para los demás.
Jueves: Día de limpieza.
-Señor, ayúdame a sacar a la luz todas las faltas que he estado escondiendo en lo más recóndito de mi corazón y acercarme a reconciliarme contigo a través del Sacramento de la Confesión.
Viernes: Día de compras
-Oh Dios, permíteme adquirir tu gracia para llenarme de Tu amor incondicional, tanto para mí, como para compartirlo con todos aquellos que lo necesiten.
Sábado: Día de cocina.
-Ayúdame, Señor, a cocinar una gran olla de amor fraternal, de donde pueda alimentarme y saciar el hambre de aquellos que me rodean.
Domingo: Día del Señor.
-Señor, durante toda la semana he ido ocupándome de todo. He lavado, planchado, remendado, limpiado, comprado y cocinado para tenerlo todo listo para Ti. Así que ahora solo falta que entres en mi vida, en mi corazón y recibiéndote en el Sacramento de la Eucaristía, vivamos juntos durante el resto de mi vida. Porque mi mayor deseo es que todos los días de mi vida sean para Ti.
Amén.
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