Había una vez un ciego que pedía limosna en una calle transitada, con una gorra a sus pies y un cartel en el que, escrito con tiza blanca, decía: "POR FAVOR AYÚDEME, SOY CIEGO".
Un creativo de publicidad que pasaba frente a él, se detuvo y observó unas pocas monedas en la gorra. Sin pedirle permiso tomó el cartel, le dio la vuelta, tomó una tiza y escribió otro anuncio. Volvió a poner el pedazo de madera sobre los pies del ciego y se fue.
Por la tarde el creativo volvió a pasar frente al ciego que pedía limosna. Ahora su gorra estaba llena de billetes y monedas.
El ciego, reconociendo sus pasos, le preguntó si había sido él quien había reescrito su cartel y sobre todo, qué que era lo que había escrito allí.
El publicista le contestó: -"Nada que no sea tan cierto como tu anuncio, pero con otras palabras". Escribí "ESTAMOS EN PRIMAVERA, Y... YO NO PUEDO VERLA"
El ciego agradeció su ayuda al publicista y este sonrió mientras se alejaba. También agradeció a Dios que pasara por allí este creativo, que le había ayudado a incrementar sus ingresos.
Moraleja: Cambia de estrategia cuando algo no te salga, en vez de lamentarte. Así verás que puede que resulte mejor de esa manera. Y no te olvides de pedirle a Dios ayuda y agradecerle mucho su permanente escucha.
Web católico de Javier
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