La Iglesia Católica es la institución que más
ha contribuido al progreso moral de la humanidad. Ella regeneró al individuo,
libertándolo de la esclavitud; regeneró a la mujer, devolviéndole su dignidad;
regeneró la familia, exigiendo para ella todos los derechos que le corresponden;
regeneró la sociedad, transformando el Estado déspota y tirano en el Estado que recibe
su autoridad de Dios y que sólo puede ejercerla en bien de sus súbditos.
La Iglesia Católica es Madre de la civilización occidental. Ella ha inspirado la
arquitectura medieval, la pintura del Siglo de Oro, la escultura de todos los tiempos y
hasta las grandes obras musicales.
Es imposible enseñar historia, arte o pensamiento prescindiendo de la Iglesia.
La Iglesia fundó los primeros hospitales, asilos y orfanatos de la Historia.
Las primeras escuelas de Europa nacieron a la sombra de los conventos de religiosos, y las
universidades más célebres han sido fundadas por Papas. De las cincuenta y dos
universidades europeas anteriores anteriores a 1400, cuarenta fueron fundadas por los
Papas. Así París, Montpellier, Oxford, Cambridge, Heidelberg, Leiptzig, Colonia,
Varsovia, Cracovia, Vilna, Lovaina, Roma, Padua, Bolonia, Pisa, Ferrara, Alcalá,
Salamanca, Valladolid, etc.
Europa ha llegado a lo que es por el cristianismo. Si permitimos que se descristianice, se
derrumbará. Ya lo dijo Dostoieski: «El occidente ha perdido a Cristo y por eso
perecerá».
«Dios no concede a nadie privilegios de validez eterna. Si un pueblo deja de cumplir su
voluntad, el Señor llama a otro pueblo y le confía esa misión, dejando que el anterior
baje a la tumba que él mismo se cavó» .
Algunos censuran las riquezas de la Iglesia.
Es verdad que el Museo Vaticano vale mucho dinero. Pero eso no se puede vender. Es
patrimonio de la humanidad, aunque esté en manos de la Iglesia.
Lo mismo que el gobierno español no puede vender el Museo del Prado para remediar una
situación económica ruinosa.
El Museo del Prado es propiedad de todas las generaciones de españoles, no sólo de la
nuestra.
Por otra parte la Iglesia contribuye mucho a remediar las necesidades de la humanidad. A
parte de lo que hacen privadamente los católicos y las Órdenes Religiosas, el Vaticano,
en 1966, dedicó setecientos millones a ayuda humanitaria
Y en el Vaticano hay más de cien organizaciones que se dedican a repartir limosnas a los
pobres de todo el mundo.
«En el último ejercicio, el Óbolo de San Pedro ha recogido 52.456.054,37 dólares.
Según ha podido saber «Zenit», en 1998, Juan Pablo II destinó 1.720.000 dólares a las
poblaciones afectadas por calamidades y para proyectos de promoción cristiana; 1.313.000
dólares para las comunidades indígenas, mestizas, afroamericanas y campesinos pobres de
América Latina; 1.800.000 dólares para la lucha contra la desertización y la carencia
de agua en el Sahel. La gran mayoría de las ayudas del Papa son cantidades menos
consistentes, de miles o cientos de miles de dólares, que no sólo pretenden ofrecer un
remedio concreto, sino también estimular la solidaridad y caridad» .
En 1999 el Vaticano dio treinta millones de dólares en ayudas .
Y este mismo año 1999 Caritas Internacional destinó ochenta y dos millones de dólares
para auxiliar a las víctimas de sesenta y cuatro situaciones de emergencia en el mundo .
Cáritas Española invirtió en 1998 más de 19.000 millones de pesetas en la lucha contra
la pobreza .
Hay quienes dividen a los católicos en «conservadores» y «progresistas».
Esta división es muy simplista. Todos debemos ser, al mismo tiempo, conservadores y
progresistas. Debemos conservar la verdad y ser fieles a ella. Pero también debemos
progresar en la profundización de su conocimiento.
Si no conservamos bien la verdad, se corrompe; como un alimento mal conservado. Pero
también debemos avanzar en su conocimiento.
Lo funesto sería avanzar por un camino equivocado: terminaríamos en el error
Autor del texto: P. Jorge Loring
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