Michel Eugène Chevreul (1786 - 1889) fue un prestigioso químico francés, conocido principalmente por sus trabajos en la síntesis de ácidos grasos (fundamentales en los procesos de fabricación industrial de productos alimentarios como la margarina), y por su teoría sobre los colores.
Chevreul fue profesor de Química Orgánica y director de tintorería en la manufactura de los Gobelinos. Más tarde, en 1864, director del Museo de Historia Natural de París. Investigó sobre los cuerpos grasos de origen animal y elaboró una teoría de la saponificación. Sus investigaciones sobre la composición de las grasas las aplicó en la fabricación de bujías y jabones. Fue también el descubridor del colesterol y de los ácidos esteárico y oleico.
Pero sobre todo es más conocido por sus teorías sobre los colores en la que se inspiraron los pintores neoimpresionistas. Ganó la Medalla Copley en 1857.
Comenzó a estudiar los efectos del envejecimiento en el cuerpo humano poco antes de su muerte, que se produjo a la edad de 102 años, el 9 de abril de 1889 en París, realizándose funerales nacionales. En 1901 se le erigió una estatua en el interior del museo donde sirvió durante tantos años.
Una tarde del siglo XIX, el Cura Párroco de Domdam (Sena-Oise) entró en su iglesia y divisó a un anciano que rezaba de rodillas el Rosario ante un altar de la Santísima Virgen. Terminado el Rosario, el anciano se acercó al Párroco, diciéndole:
-Tal vez se habrá extrañado, señor Cura, de ver a estas horas a un forastero en su iglesia. Soy Michel Eugéne Chevreul. Se me ha escapado el tren, andando de excursión. Y mientras espero otro, he creído que no podría emplear mejor el tiempo que viniendo a rezar a los pies de la Virgen Santísima.
El sacerdote le dijo que ojalá todos los sabios se asemejasen a él en la fe y en la piedad cristiana. ¡Qué hermoso espectáculo ver a este sabio arrodillado con el rosario en las manos, ante el altar de María, proclamando así la hermandad de la ciencia y la fe! .