SOR LUCÍA DESCANSA YA EN FÁTIMA
Los restos de la hermana Lucía, muerta en el monasterio de Coimbra y una de los tres
pastorcitos de Fátima, han sido trasladados a la basílica de Fátima. Este evento ha
coincidido con la inauguración de un centro internacional mariano «Domus Carmeli» y la
bendición de la primera piedra del nuevo monasterio de las carmelitas de Fátima. Tres
hechos relevantes del Carmelo portugués.
En la tarde del sábado 18 de febrero se celebró una misa, reservada a
los miembros de la familia del Carmelo, en el claustro del monasterio de Coimbra, en el
mismo lugar en que la vidente ha estado sepultada durante un año.
Al inicio de la liturgia, el vicario General, P. Zdenko Krizic, leyó la carta que el P.
General, Luis Aróstigo en aquel momento en África, envió para la circunstancia.
El domingo 19 de febrero los restos mortales de sor Lucía, último testigo de las
apariciones de la Virgen en Fátima, dejaron el Carmelo de Coimbra, para descansar en el
Santuario de Fátima. Fue un acontecimiento que ha tenido una amplia resonancia en los
medios de comunicación de todos los continentes y ha contado con la participación de
cientos de miles de devotos.
Al día siguiente, el del traslado, se celebró una segunda misa, en la iglesia del
monasterio, presidida por el obispo de Coimbra, Mons. Albino Cleto. Se llevó después el
féretro a la catedral para recibir el último saludo por parte de la ciudadanía. El
viaje hacia Fátima fue seguido y retransmitido por diferentes canales televisivos de
varios países del mundo católico.
Por la tarde, ante una multitud de gente y bajo continuos chaparrones, los restos mortales
de Lucía fueron acogidos y saludados en la gran explanada del Santuario de Fátima ante
la capilla de las apariciones
Unos quince obispos y cientos de sacerdotes concelebraron con el obispo de Leiría
Fátima, Mons. Serafín Ferreira. Al final se trasladaron los restos mortales al interior
del Santuario y colocados junto a los de Jacinta y Francisco. Ahora los tres pastorcillos
descansan juntos.
Inmediatamente después del traslasdo de los restos mortales de Sor Lucía, tuvo lugar,
junto a la cercana iglesia del monasterio de Fátima, la bendición de la naciente Domus
Carmeli y la primera piedra del nuevo monasterio de Fátima. Estuvieron presentes los
carmelitas descalzos reunidos en Fátima, las monjas, autoridades civiles y religiosas,
profesionales, benefactores y amigos.
El Provincial de los carmelitas de Portugal, P. Pedro Ferreira, dirigió a los presentes
estas palabras
:
La Domus Carmeli es un centro mariano internacional para la Orden de los Carmelitas
Descalzos. Está destinado, en primer lugar, a alimentar y renovar el carisma mariano de
la Orden. Este proyecto surgió de una propuesta hecha por parte del centro de la Orden a
la Provincia de Portugal. Estamos aquí para dar inicio en forma solemne y para pedir la
bendición de Dios. (..)
La finalidad de la casa es la de desarrollar actividades de promoción
espiritual carmelitana para religiosos, religiosas y laicos en una dimensión mariana. Se
desea que el Santuario de Fátima sea el centro y la fuente inspiradora de esta
renovación del carisma mariano, sobre todo en el ejercicio del ministerio penitencial y
en la vida de oración, que son las primeras y habituales actividades de lacomunidad. ( ..
)
El grano de trigo [sor Lucía], que hoy hemos sepultado en la basílica, ya germina en
este rincón carmelitano. Nosotros creemos en ello y por este motivo estamos hoy aquí.
Agradecemos vuestra presencia y el consuelo que nos da la fuerza de vuestra amistad y de
vuestra oración.
Las Hermanas Carmelitas se han unido hoy a sus hermanos en la bendición de la primera
piedra para el nuevo Carmelo.
Este Carmelo, enriquecido con jóvenes vocaciones que anuncian un futuro prometedor, ha
decidido construir un nuevo monasterio porque el actual está muy deteriorado y su
reestructuración costaría más que la misma reconstrucción.
Nosotros apreciamos esta decisión suya, que significa renuncia a su querido monasterio
cuya primera piedra fue colocada el 15 septiembre de 1937. Han profesado en este
monasterio 75 monjas a lo largo de estos casi 70 años de existencia. En este lugar se
ordenaron obispos y sacerdotes. Yo he sido el último ordenado aquí.
En nombre de todas estas personas pido que esta capilla sea conservada aún después de
ser construido el nuevo monasterio, para que este espacio sagrado continúe siendo un
lugar de oración, un pequeño desierto para las monjas que aquí oran y se sacrifican
sobre todo por los sacerdotes.
Siguió después la bendición de la primera piedra del futuro monasterio por parte del
obispo de Leiría. Con su presencia y sus palabras subrayó la importancia para Fátima de
estas obras por parte de la Orden. Fátima, dijo, tiene necesidad de la presencia del
Carmelo, de una presencia cada vez más significativa y cualificada.
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