Milagros eucarísticos

Los milagros eucarísticos son signos prodigiosos de Dios, de origen sobrenatural, que tienen como protagonista a la Eucaristía. Han acaecido desde el siglo VIII hasta nuestros días, en pleno siglo XXI, por obra y gracia de Nuestro Señor Jesucristo, con dos claros objetivos: uno de tipo apologético, es decir, para demostrar una verdad de fe. El segundo, de carácter pedagógico, con el fin de que los que no creen crean, y los que creemos podamos crecer en nuestra vida cristiana.

Los milagros eucarísticos confirman la fe en la presencia real del Cuerpo y la Sangre del Señor en la Eucaristía. Cuando el sacerdote pronuncia las palabras de consagración “Este es mi cuerpo...” “Esta es mi sangre...” la sustancia del pan se convierte en el Cuerpo de Cristo y la sustancia del vino en su Sangre. Esta maravillosa transformación recibe el nombre de “transubstanciación”, es decir, el cambio de una sustancia por otra.

Del pan y del vino solo queda la apariencia. Se trata del color, el sabor, el olor, pero no la sustancia, es decir, la verdadera realidad convertida en el Cuerpo y la Sangre del Señor. La transubstanciación no puede ser experimentada en absoluto por los sentidos, solamente la fe nos asegura esta grandiosa transformación.

Los milagros eucarísticos buscan confirmar esta fe que se funda en las palabras de Jesús, aquello que aparece como pan no es pan y aquello que aparece como vino no es vino. En el listado de milagros eucarísticos que se muestra a continuación, se dejan ver, efectivamente, la carne o la sangre, o las dos, dependiendo del milagro. El objetivo de estos milagros es demostrar que no debemos buscar la apariencia externa del pan y del vino, sino la sustancia, la verdadera realidad, que es la carne y la sangre de Nuestro Señor.

Listado de milagros eucarísticos

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