Se celebra el 1 de MayoSAN JOSÉ OBRERO
El origen de la fiesta litúrgica de San José Obrero se remonta al
1 de Mayo de 1955. Ese día, Roma era un hervidero de gentes venidas de muchas partes del
orbe, y en la Ciudad Eterna parecía correr un aire nuevo, recién estrenado. Era un
encuentro multitudinario y gozoso de más de 200.000 obreros con el Papa Pío XII. Ese
mismo día, 1 de Mayo de 1955, en el incomparable marco de la plaza de San Pedro repleta
de trabajadores, el Papa proclamaba la Fiesta del Trabajo, y en el calendario de la
Iglesia universal nacía la fiesta de San José Obrero, patrono de los trabajadores.
Los textos de la liturgia del día constituyen una catequesis del significado del trabajo
humano a través de la fe.
Al menos, desde 1891, en que León XIII abordó el tema del trabajo y la situación de los
trabajadores con su importantísima encíclica Rerum Novarum, la Iglesia ha sido pródiga
en la publicación de documentos sobre la llamada "cuestión social". Entre
estos documentos, se puede destacar Quadragesimo Anno, de Pío XI; Mater et magistra, del
Beato Juan XXIII; la Gaudium et spes, del Concilio Vaticano II; Populorum Progressio, de
Pablo VI, y la Laborem exercens, de Juan Pablo II, en la que se profundiza sobre la
espiritualidad del trabajo.
A continuación,
podrán leer la oración con la que el papa Juan XXIII terminaba su alocución en esta
fiesta el año 1959:
" ¡Oh glorioso San José, que velaste tu incomparable y real dignidad de guardián
de Jesús y de la Virgen María bajo la humilde apariencia de artesano, y con tu trabajo
sustentaste sus vidas, protege con amable poder a los hijos que te están especialmente
confiados!
"Tú conoces sus angustias y sus sufrimientos porque tú mismo los probaste al lado
de Jesús y de su Madre. No permitas que, oprimidos por tantas preocupaciones, olviden el
fin para el que fueron creados por Dios; no dejes que los gérmenes de la desconfianza se
adueñen de sus almas inmortales. Recuerda a todos los trabajadores que en los campos, en
las oficinas, en las minas, en los laboratorios de la ciencia no están solos para
trabajar, gozar y servir, sino que junto a ellos está Jesús con María, Madre suya y
nuestra, para sostenerlos, para enjugar el sudor, para mitigar sus fatigas. Enséñales a
hacer del trabajo, como hiciste tú, un instrumento altísimo de santificación".