MÁXIMAS
ESPIRITUALES DE SAN RAFAEL ARNÁIZ
¡Qué grande es Dios!
¡Qué bien ordena los acontecimientos siempre para su gloria!
¡Sólo Dios llena el alma..., y la llena toda!
La verdadera felicidad se encuentra en Dios y solamente en Dios.
El que no tiene a Dios necesita consuelo; pero el que ama a Dios, ¿qué más consuelo?
¡Cómo se inunda mi alma de caridad verdadera hacia el hombre, hacia el hermano débil,
enfermo...! Si el mundo supiera lo que es amar un poco a Dios, también amaría al
prójimo.
Al amar a Jesús, forzosamente se ama lo que El ama.
La única verdad es... Cristo.
He hecho el votó de amar siempre a Jesús. Virgen Maria, ayúdame a cumplir mi voto.
Para Jesús todo, y todo, para siempre, para siempre.
No le bastó a Dios entregarnos a su Hijo en una Cruz, sino además nos dejó a Maria.
Honrando a la Virgen, amaremos más a Jesús; poniéndonos bajo su manto, comprenderemos
mejor la misericordia divina.
¡Qué grande es Dios, qué dulce es María!