¿En qué consiste la devoción de las tres
Avemarías?
En rezar tres veces el Avemaría a la Santísima Virgen, Madre de Dios y Señora nuestra,
bien para honrarla o bien para alcanzar algún favor por su mediación.
¿Cuál es el fin de esta
devoción?
Honrar los tres principales atributos de María Santísima, que son:
1.- El poder que le otorgó Dios Padre por ser su Hija predilecta.
2.- La sabiduría con que la adornó Dios Hijo, al elegirla como su Madre.
3.- La misericordia con que la llenó Dios Espíritu Santo, al escogerla por su inmaculada
Esposa.
De ahí viene que sean tres las Avemarías a rezar y no otro número diferente.
¿Cuál es la forma de rezar
las tres Avemarías?
María Madre mía, líbrame de caer en pecado mortal.
1. Por el poder que te concedió el Padre Eterno
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre
todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de
Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
2. Por la sabiduría que te concedió el Hijo.
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre
todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de
Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
3. Por el Amor que te concedió el Espíritu Santo
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre
todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de
Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
¡Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre
por los siglos de los siglos. Amén!
Jaculatoria (opcional):
María, por tu Inmaculada Concepción, purifica mi cuerpo y santifica mi alma. (Esta jaculatoria concede Indulgencia parcial otorgada por San Pío X).
¿Cuál es el origen de la
devoción de las tres Avemarías?
Santa Matilde, religiosa benedictina, suplicó a la Santísima Virgen que la asistiera en
la hora de la muerte. La Virgen María le dijo lo siguiente: "Sí que lo haré; pero
quiero que por tu parte me reces diariamente tres Avemarías. La primera, pidiendo que
así como Dios Padre me encumbró a un trono de gloria sin igual, haciéndome la más
poderosa en el cielo y en la tierra, así también yo te asista en la tierra para
fortificarte y apartar de ti toda potestad enemiga. Por la segunda Avemaría me pedirás
que así como el Hijo de Dios me llenó de sabiduría, en tal extremo que tengo más
conocimiento de la Santísima Trinidad que todos los Santos, así te asista yo en el
trance de la muerte para llenar tu alma de las luces de la fe y de la verdadera
sabiduría, para que no la oscurezcan las tinieblas del error e ignorancia. Por la
tercera, pedirás que así como el Espíritu Santo me ha llenado de las dulzuras de su
amor, y me ha hecho tan amable que después de Dios soy la más dulce y misericordiosa,
así yo te asista en la muerte llenando tu alma de tal suavidad de amor
divino, que toda pena y amargura de muerte se cambie para ti en delicias."
Y esta promesa se extendió en
beneficio de todos cuantos ponen en práctica ese rezo diario de las tres Avemarías.
¿Cuáles son las promesas de
la Virgen a quienes recen diariamente las tres avemarías?
Nuestra Señora prometió a Santa Matilde y a otras almas piadosas que quien rezara
diariamente tres avemarías, tendría su auxilio durante la vida y su especial asistencia
a la hora de la muerte, presentándose en esa hora final con el brillo de una belleza tal
que con sólo verla la consolaría y le transmitiría las alegrías del Cielo.
¿De qué fecha data el primer
texto del Avemaría?
El 23 de octubre de 1498 apareció impreso en Brescia-Italia, el primer texto completo del
Avemaría, tal como se le reza en la actualidad. Fue incluida en una obra dedicada a la
Virgen, compuesta por el padre servita Gasparino Borro.
En 1568, el Papa Pío V, al promulgar la nueva Liturgia de las Horas, introdujo y
prescribió la fórmula completa del Avemaría y dispuso que todos los sacerdotes, al
iniciar en cada hora el rezo del Oficio Divino, recen el Avemaría después del Padre
Nuestro.
¿Cuál es el fundamento de
esta devoción?
La afirmación católica de que la Santísima Virgen poseyó, en el más alto grado
posible a una criatura, los atributos de poder, sabiduría y misericordia.
Esto es lo que enseña la Iglesia al invocar a María como Virgen Poderosa, Madre de
Misericordia y Trono de Sabiduría.
Web católico de Javier
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