Señor,
en el silencio de este día que comienza,
vengo a pedirte la paz,
la prudencia, la fuerza.
Hoy quiero mirar el mundo
con ojos llenos de amor,
ser paciente, comprensivo,
dulce y prudente.
Ver por encima de las apariencias,
a tus hijos como Tú mismo los ves,
y así no ver más que el bien
en cada uno de ellos.
Cierra mis oídos a toda calumnia,
guarda mi lengua de toda maldad,
que sólo los pensamientos caritativos
permanezcan en mi espíritu,
que sea benévolo y alegre,
que todos los que se acerquen a mí
sientan su presencia.
Revísteme de Ti, Señor,
y que a lo largo de este día yo te irradie.
Amén.
¿Por qué es importante la oración de la mañana? Porque es una forma de poner en manos de Dios el día que vamos a vivir. Además, la oración de la mañana es una bonita manera de decirle a Dios buenos días.
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15 minutos con Jesús Sacramentado
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