¡DESPIERTA,
JOVEN INQUIETO!
por Felipe Santos, OSB
Capítulo III: Primera Comunión
Los padres de Domingo
estaban preocupados y alegres al mismo tiempo. Sin haber hecho todavía la primera
comunión, les acompañaba a la Eucaristía. Y notaban en sus ojos de inocencia, el anhelo
de vivir su experiencia religiosa suma: participar del banquete que sólo existe en la
religión cristiana: el ofrecimiento del Pan y de la Sangre de Cristo.
Por aquellos tiempos se hacía la primera comunión a los 12 años. Y
el niño pensaba en el horizonte verdoso de la campiña cercana a los Alpes , que era
mucho el tiempo que le quedaba todavía.
Pero consultados el maestro y el párroco, dieron un sí para que este
chico singular se acercara al sacramento, es decir, al canal mediante el cual, Dios se
hace cuerpo con tu cuerpo y sangre con tu sangre. Todo un don y regalo que se admira y se
ama desde el foco luminoso de la fe.
Es el sacramento fundamental de la vida de un creyente. Es la fuente y
cima de toda vida cristiana y de toda evangelización. La Eucaristía es el banco de
prueba para la fe.
En el fondo, el alma de Domingo profetizaba ya a su corta edad la
decadencia de ciertas culturas o incluso civilizaciones que
mientras han sido fieles a la frecuencia eucarística, se han mantenido bien, porque es la
fuente en la que cada cual se purifica personal y socialmente y en donde se eleve el tono
vital del amor humano. La Eucaristía revela el inmenso amor de Dios y de Jesucristo por
la humanidad; si se comprende que la Eucaristía es el regalo o don de Dios a
la humanidad y para la vida del mundo, para los creyentes y no creyentes, ello
hace inútil intuir la grandeza del corazón de Dios. que han querido entrar en comunión
íntima.
Hoy, desgraciadamente, el agnosticismo que se difunde en Occidente
necesita del suplemento del alma que le da el sentido de la existencia y de la
belleza de Dios contra el vacío, el egoísmo que destruye al otro pero también a uno
mismo, contra la falta de perspectiva y de esperanza existencia.
Teniendo como telón de fondo esta realidad que nos circunda, la
ilusión de Domingo en su primera comunión queda plasmada en los propósitos que
escribió una fría mañana del Piamonte.
Con la conciencia clara de lo que iba a celebrar, salió temprano con
toda su familia hacia la capilla del pueblo. Era, decía el niño, el día más
bello de mi vida. Esperaron al sacerdote en la puerta de la iglesia durante un buen
rato. No fue tiempo baldío. Domingo aprovechó estos momentos para interiorizar la
belleza de este día de su primera comunión.
Una vez que abrieron la iglesia, todos se situaron cerca del altar. En
los ojos de Domingo brillaba una luz especial: Su rostro parecía como transformado.
Estaba plenamente concentrado en la mirada tierna y acogedora de Jesús, su gran Amigo.
Es difícil transcribir los sentimientos que pasarían por el alma de
este niño de siete años. No obstante, con todo el fervor de aquellos instantes, se tomó
tiempo para- después de recibir al Señor- escribir estos propósitos que marcarían su
vida desde ahora en adelante.
Ellos indican la preparación estupenda que le habían hecho en casa y
en la escuela. Veía en el cielo que este día no pasaría en vano para él. La palabra
santidad se divisaba ya en su corta estatura física pero agigantada por un alma con
dimensiones grandes en la conquista de la santidad futura.
PROPÓSITOS
Hoy hay gente que pone su fotografía y su nombre en una lujosa
estampa. El los escribió en un papel cualquiera.
1º. Me confesaré a menudo y recibiré la sagrada comunión siempre
que el confesor me lo permita.
2º. Quiero santificar los días de fiesta.
3º. Mis amigos serán Jesús y María
4º. Antes morir que pecar.
Más tarde, cuando D. Bosco leyó estos recuerdos, dijo estas palabras
a todos los niños de su colegio:Estad persuadidos de que la primera comunión bien
hecha pone un sólido fundamento moral para toda la vida.
Así fue toda su vida. Un verdadero canto a la propia coherencia
personal, en unión siempre con su familia, impulsora y animadora de su crecimiento en la
fe y en el deber de hijo estudiante.
Su figura se agigante en nuestros días más que nunca. No se trata de
un chico que escribe unos buenos ideales el día de su primera comunión. Lo puede hacer
cualquiera. Lo que importa tener en cuenta es la reciedumbre con que los llevó a la
práctica a los largo de toda su existencia en el colegio de Turín.
Y no era ningún beato, en el término peyorativo que a
veces se emplea injustamente para quienes viven una vida enraizada en los valores
cristianos.
PRIMER PROPÓSITO
Si nos fijamos en el primer propósito, es de una actualidad
impresionante. Mucha gente va a la deriva en sus vida personal porque les falta la
dirección del alma de alguien que, como un sacerdote, está puesto por Dios- no solamente
para perdonar pecados-, sino también y sobre todo para orientar a las personas por las
sendas de la dignidad, el orden la vida religiosa, factor y elemento clave en el
crecimiento completo de cada ser humano.
Hoy se prefiere acudir a alguien que te eche las cartas, a los adivinos
o a los sicólogos o psiquíatras antes que a un sacerdote. Todos tienen, sin embargo, el
médico de cabecera al que acuden siempre que les ocurre algo. Un director espiritual es
alguien a quien vas para que te oriente en tus decaimientos religiosos. Y de esto,
naturalmente, entiende más que cualquiera.
Domingo se dio cuenta de que le hacía falta un director espiritual de
garantía. Por eso, lo primero que hizo al entrar en el colegio de D. Bosco, fue ponerse
en sus manos como una hermosa tela de la que el sabio sacerdote podría hacer un buen
traje para él.
SEGUNDO PROPÓSITO
Quiero santificar los días de fiesta.
Este propósito marca el ritmo de cualquier creyente que quiera caminar
por la autopista de Dios. El propio Creador marcó este ritmo al término de su obra
creadora. Es el día en que lo primero que tiene en cuenta alguien que se dé de
cristiano, es alabar a Dios, pedirle gracias y mostrarle su gratitud. Y si todo esto se
hace en familia, mucho mejor.
Ahora, las abuelas- siguiendo su tradición- siguen participando de
este encuentro semanal con el Señor. Los nietos- una vez que han hecho la primera
comunión- les acompañan durante un tiempo. Sin embargo, al término del primer fervor,
le dicen que no van. La misa es un rollo. Y lo dicen porque sus padres-
muchos- no van. Siguen su ejemplo.
Para los padres, por quedar bien ante la sociedad, le dieron un buen
banquete y regalos. Todo, menos lo que es estrictamente religioso, pero después vino el
abandono rápido. ¿Por qué hicieron esta pamema?
¡Ah!, dicen que es lo que se lleva. Y no van a ir en contra de lo que
dicta la sociedad ante fechas como la primera comunión. ¿Y la ultima?
Para la inmensa mayoría es la última. ¡Qué pena! El culto a Dios,
cuando se hace con el corazón esponjado y lleno de gratitud, es un stop en la vida
semanal para llenarse de otros valores distintos de los que proporciona la vida laboral,
económica, familiar y social.
TERCER PROPÓSITO
Mis amigos serán Jesús y María
Domingo intuyó a sus siete años que su vida tenían que tener dos
columnas sobre las que apoyar y continuar lo que había sentido en aquella bella mañana
de su primera comunión.
Y buscó dos amores: el amor de madre de la Virgen que nunca se agota,
nunca decae. Es incondicional por definición y no espera retribuciones. El amor de madre
está diseñado para que siempre perdure.
Su devoción a la Virgen para ti, chico/a del siglo XXI, no se traduce
en pietismo estúpido, sino en un amor acrisolado que hace crecer en valores profundos y
transformadores de la persona.
Me imagino que si eres joven, te habrás preguntado alguna vez si
adelantas en lo interior tanto como en tu desarrollo exterior. Te habrás sentido hecho
una piltrafa porque, aún siendo un mocetón, mantienes todavía una vida interior que no
ha llegado a sobrepasar los límites de lo infantil.
Te faltan columnas que te sostengan. Cuando hay cimientos, el edificio
de tu vida se va construyendo de forma equilibrada. ¿Por qué hay tanta desidia,
indiferencia en la sociedad? Porque falta alguna de estas columnas.
Jesús es su Maestro de vida interior. Con él, con su intimidad no
tiene miedo a nada ni nadie. Nunca lo traiciona aunque se presenten ocasiones para
hacerlo.
Unos compañeros invitan a Domingo a que baña a bañarse- ya casi
adolescente- a bañarse a sitios en lo que había desnudos. El se opuso con toda la fuerza
de su amor a Jesús. Era un chico sabio de nombre y de hecho. Domingo significa del
Señor.
No era nada tímido. Lo que tenía muy claro en su coco es que no era
correcto ni digno ver desnudos. No conducen a nada bueno. Esa era su idea como la de
tantos y tantos amigos/as tuyos que van por el mismo camino de dignidad y respeto hacia el
propio cuerpo.
A esa edad en la que es tan fácil cambiar de opinión y dejarse
arrastrar por los malos compañeros, él dio pruebas de que no conseguía nada bueno para
su persona yendo con compañeros malos.
No es ningún rollo. Es la pura verdad. Quien no tiene voluntad, se va
tras el gracioso de turno buscando la simpatía que provoca instantáneamente. Después,
sus estudios y los chicos/as centrados lo abandonan porque es un hazmerreír de todos.
Cristo no atemoriza nadie, al contrario, da fuerzas y energías a quien
confía plenamente en él. Todos los chicos y chicas de buena voluntad que hay hoy en el
mundo, son quienes siguen los mandamientos del Evangelio. No son unos aguafiestas, sino
personas coherentes con su fe, motora de todo aquello que signifique trabajo, respeto,
dignidad, tolerancia y entrega al bien.
CUARTO PROPÓSITO
Antes morir que pecar
Parece incomprensible que un niño escribiera conscientemente este
propósito. La vida está llena de buenos deseos incumplidos. Era tal la adhesión de
Domingo al valor religioso y humano, que estaba dispuesto a morir antes que ofender a
Dios. En el fondo, como leía y escuchaba mucho a los padres, debió haber oído de sus
labios historias de mártires, testigos que habían muerto por Cristo antes que negarlo u
ofenderlo.
La Historia Sagrada, máxime el Antiguo Testamento, es una retahíla de
gente que ofende a Dios por irse tras los caprichos personales de otros dioses falsos: el
sexo, la porno, la infidelidad, la ingratitud... Dios los castigaba cuando cometían estas
aberraciones.
En el Nuevo Testamento, Cristo alienta a todos a que se mantengan
unidos a él. Quien vive en él, tendrá vida para siempre.
Cuando hoy se echa un vistazo a los medios de comunicación social,
sólo se ve telebasura. No aparece, salvo en algún programa que merece la pena, ningún
chico o chica que no sea extravagante, raro, entregado al vicio. Hoy tan sólo vale quien
tiene y quien sale en la pequeña pantalla. El dinero es el gran dios al que
se le tributa culto para obtener con él todo cuanto se apetece para el cuerpo.
Me admira la figura de Domingo porque, pudiendo haber hecho lo fácil,
se fue por lo difícil: la senda de la rectitud. Todo un ejemplo para ti.
En esta situación en la que vive España, se te pide razones para
mostrar tu fe en Cristo. Hoy más que nunca se busca a jóvenes identificados con los
principios de la fe, ética y moral cristianas. No te contentes con hablar. Te toca
actuar. Hay ahora mismo amigos tuyos que están escribiendo en páginas webs palabras,
protestas contra ciertas concepciones de los políticos actuales que quieren borrar de
España las huellas cristianas. Puede en ellos más el resabio y el resentimiento que la
luz. El poder puede matar a mensajeros, nunca a los mensajes auténticos.
Ya ves que Domingo Savio no hizo propósitos al socaire de un niño
buenecito. No, al contrario. Los pensó seriamente y supo bien lo que encerraban de cara a
su vida futura, como irás viendo poco a poco.
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