HOMILÍA DEL P. JAVIER JÁUREGUI EN LA CELEBRACIÓN DEL 150 ANIVERSARIO DE LA MUERTE DEL BEATO GUILLERMO JOSÉ CHAMINADE
La Palabra de Dios que la Iglesia nos brinda en este domingo del tiempo Ordinario que estamos iniciando esta tarde es un regalo para celebrar la fiesta del P. Chaminade. Es una joya para iluminar la apertura del Año Chaminade. Hoy, esta tarde, como os lo he comentado al comenzar esta celebración, en todos los rincones del mundo donde hay familia marianista, recordamos con admiración, con alegría y agradecimiento a quien está en el origen del proyecto marianista. Pero en este año 2.000 confluyen muchas cosas que hacen de él un año muy especial, el año Chaminade.
Hoy mismo, 22 de Enero, estamos celebrando 150 años de su muerte en Burdeos, 150 años de su entrada en la Vida con mayúscula. Este año 2.000 celebramos el 200 aniversario de su vuelta a Burdeos tras tres años de destierro en Zaragoza lleno del empuje misionero que la Virgen del Pilar le trasmitió.
Y el próximo 3 de Septiembre, el P. Chaminade será beatificado en Roma. Su vida santa, ejemplar, atrayente, será reconocida por toda la Iglesia. Por eso, hoy, en todo el mundo marianista, comienza el año Chaminade.
Y, ¿qué nos dice la Palabra de Dios que acabamos de escuchar en este contexto tan especial? ¿Qué nos dice a los que hoy, aquí, nos hemos reunido: religiosos, religiosas, miembros de las Fraternidades, padres de familia, profesores y profesoras alumnos, antiguos alumnos, amigos que formamos la Familia Marianista?
+ Levántate y vete a Nínive, le ha dicho Dios a Jonás. La respuesta de Jonás: se puso en pie y fue.
+ Venid conmigo, os necesito para la misión, les ha dicho Jesús a Pedro, Andrés, Santiago y Juan. La respuesta de éstos no se hizo esperar: inmediatamente dejaron sus redes, sus negocios, su familia y le siguieron.
+ La iniciativa del Señor en los dos casos es una iniciativa de misericordia, es la expresión del amor de Dios para con la humanidad: cuando vio Dios la reacción de los ninivitas, cómo creyeron en él, cómo cambiaron de vida, tuvo misericordia de ellos.
Jesús necesita a los que Él llama para hacerles pescadores de hombres, es decir, hombres y mujeres con ganas de curar, perdonar, animar, salvar.
Iniciativa de un Dios que llama a la misión, respuesta generosa de los llamados y misión para la misericordia: tres realidades que el P.Chaminade experimentó muy fuertemente en su vida.
Se sintió llamado de una manera progresiva a lo largo de toda su vida: desde joven, pero siempre la llamada creciendo en intensidad. En la oración silenciosa, en los acontecimientos históricos que le tocó vivir, en la lectura de la Palabra de Dios, en el contacto con los jóvenes, en sus trabajos apostólicos, en los momentos dolorosos de sus últimos años, en María. Chaminade vivió la vida a la escucha de una llamada siempre presente, siempre atento.
Pero no se quedó ahí. En María encontró la fuerza y la inspiración para vivir la vida respondiendo. Se puso en pie y fue, como Jonás. Dejando las redes y sus planes siguió a Jesús como los apóstoles con prontitud. Adaptándose a los nuevos tiempos, con creatividad, lanzándose por caminos desconocidos, arriesgando mucho. Con la confianza puesta en el Señor que le llamaba.
Y el P. Chaminade con su respuesta generosa se puso al servicio de la misericordia de Dios. En un momento en que tantos jóvenes vivían desorientados ante los cambios ideológicos de la época, en un momento de transformaciones sociales, en momentos de debilitamiento de la fe, Chaminade se puso a contagiar sentido para la vida, ganas de vivir al estilo de Jesús; puso en pie proyectos educativos, proyectos misioneros, proyectos de servicio a una sociedad necesitada de la presencia de un Dios que quiere la alegría, la misericordia, la salvación.
Y en este proyecto misionero que el P. Chaminade vivió personalmente con una intensidad formidable, estamos invitados todos nosotros a participar. El P.Chaminade puso en pie todo un movimiento que se inició en Burdeos en 1800 y que sigue hoy vivo, doscientos años más tarde, en muchos rincones del mundo. Por eso hoy la Palabra de Dios que hemos escuchado nos llega, en primer lugar, escuchada, vivida, realizada, en un proyecto misionero marianista que necesita respuestas generosas: las nuestras. Hoy tenemos que seguir escuchando al Señor que nos llama. Igual que hace 2.000 años, igual que en los inicios del proyecto Chaminade. Cada uno desde la situación que estamos viviendo. Los religiosos y religiosas desde nuestra realidad. Vosotros los seglares, en vuestra realidad familiar, matrimonial, profesional. Los jóvenes que os estáis preparando para la vida estad muy atentos a la manera de cómo os está llamando el Señor. Es posible, es seguro, que a algunos os quiere en el proyecto marianista de una manera especial, al estilo Chaminade, en respuesta valiente, dejando redes, barca y lo que sea.
Queridos amigos: al iniciar el año Chaminade, al mismo tiempo que agradecemos en esta Eucaristía a Dios, nuestro Padre, el regalo que ha hecho a la Iglesia con el P.Chaminade y su carisma marianista, renovemos todos nuestra disponibilidad a responder con generosidad a la llamada que nos hace el Señor. El P. Chaminade nos necesita a todos. Que a lo largo de este año la familia marianista al completo crezca en número y sobre todo en calidad de respuesta. Que la fe, la esperanza y el amor vividos con intensidad en cantidad de gestos de servicio y de entrega sea el mejor regalo que el 3 de Setiembre podamos ofrecerle a nuestro Fundador en la celebración de su Beatificación en Roma. Allí nos espera a todos. Preparémonos a peregrinar con nuestras manos llenas. Como misioneros de María siempre dispuestos a hacer lo que Jesús nos diga. Así sea.