TESTIMONIOS SOBRE FAUSTINO PÉREZ-MANGLANO
En la misma onda que Faustino. Desde Saint-Germain (Francia) nos llega esta carta en cuyo remite puede leerse: Almirante François de P. Una carta muy emotiva, de persona de fe, de auténtico cristiano. La Providencia me ha permitido leer el librito maravilloso Tal vez me hable Dios, que nos describe el itinerario espiritual de este chico, Faustino, que en la tierra ha sido casi mi contemporáneo... |
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El testimonio de Faustino me ha emocionado, tanto más que he vivido recientemente (en el 94 y 95), a través de la enfermedad que se llevó a mi esposa, el mismo tipo de prueba que la de la familia Pérez-Manglano. Dios invitó a mi esposa a aceptar sus sufrimientos, luego a ofrecérselos, y llegó ella a comprender el bien que podían sacar otras almas de sus sufrimientos ofrecidos, sufrimientos cada vez más terribles, que la morfina apenas podía aliviar, con inyección tras inyección, como lo cuenta también Faustino. Y leyendo su libro he vuelto a revivir muchos momentos pasados con mis hijos, en torno al lecho de esta mi esposa y madre de ellos. Gracias infinitas por haber escrito este libro, gracias por haber puesto a Faustino en nuestra ruta, pues un encuentro, uno solo, aunque sea breve, con esta hermosa alma cristiana basta para volvernos a poner en el buen camino, para animarnos a ofrecer todos los pequeños sufrimientos que tenemos; en fin, para confirmarnos en la Fe, la Esperanza y la Caridad. ¡Qué felicidad! OTROS TESTIMONIOS Desde Argentina: "Providencialmente hace un par de meses llegó a mí una estampa de Faustino. Desde entonces, me encomiendo a él. (...) Tengo 27 años y estoy en un momento muy especial de mi vida. Siento que el Señor me llama a entregar mi vida a su servicio y con la ayuda de un sacerdote, estoy discerniendo." (A. R. ) Desde Cuba: "Muchas gracias por los tres libros de Faustinito, como aquí hemos empezado a llamarle. Me van ayudando en mi labor misionera con los ancianos a quienes llevo el Señor, con los niños de la catequesis y los feligreses. (...) (J. P. N.) Desde Bélgica: "Oí hablar de Faustino en un campamento de lobatos. El capellán nos habló de él (...) Soy profesora de religión. Organizo un retiro de fin de semana para niños y adolescentes, y me acordé de Faustino. Conseguí Tal vez me hable Dios. Leyéndolo he sentido el impulso de darlo a conocer más y más." (M. J. Bruselas) Desde San Luis (Argentina): Soy religiosa del Instituto Mater Dei (...). Faustino ha dado nuevos y frescos impulsos a mi vida espiritual, y eso ya es una gracia recibida, puesto que un mes antes de mi renovación de votos, la había pedido. Y el Señor, admirable en sus santos, quiere y pide más de mí, y así me lo va diciendo y señalando." (P. S. ) Desde Francia: "Querido Faustino, has devuelto la esperanza a mi corazón. Haz que te siga por el mismo camino de sufrimiento y de alegría que ha sido el tuyo, el mismo camino que Jesús y María (...). Gracias por haber escrito ese libro (...)" (C. B. , Eysines) |
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