EMPIEZA A SER REALIDAD UN DESEO
Ese mismo año 1964, a
requerimiento del reverendo padre Ángel Miserach, director de anales de la Congregación
de la Misión de San Vicente de Paúl, de la provincia de Barcelona, que le pedía al
padre Fernando más información respecto al Monte Picayo, de Sagunto Puzol, el padre
Fernando le escribe lo siguiente. Sacado del extenso informe que le mando, y que no es
necesario escribir aquí.
¿Qué es el Monte Picayo, de Sagunto Puzol?
Para el diario regional "Las Provincias", de Valencia, que el día 2 de enero de
1954 decía: "Subid al Monte Picayo y veréis Valencia y, viéndola, la amaréis
más." Precioso mirador de Valencia y su entorno.
Para el padre Fernando, hombre de fe y devoto amante de la Virgen, ese lugar a 378 metros
de altura, el escogido por la Virgen para ser venerada con la advocación de Milagrosa.
Para los Judas Iscariotes del siglo XX religiosos o laicos , motivo de escándalo, pues
dicen: "¿Para qué gastar dinero en santuarios a la Virgen, habiendo tantas
necesidades entre los pobres del mundo?"
Precisamente para eso, mis respetables señores que así piensan, para que esos
necesitados que ustedes dicen existen y es cierto en el mundo y que ustedes no solucionan
porque no pueden, tengan un refugio seguro donde acudir y rogarle que vuelva a nosotros
esos sus ojos misericordiosos; y ella, que sí puede, por ser omnipotencia suplicante ante
Dios, sí nos solucionará las necesidades no los caprichos , pues de todo hay en la viña
del Señor, de los que a ella acudan en demanda de amparo y protección.
De nuevo, como al principio, surge la polémica de lo conveniente o no de la construcción
del santuario en honor de la Virgen Milagrosa en el Monte Picayo de Sagunto.
Ante los detractores y defensores más detractores que defensores , le dio motivo al padre
Fernando para decir estas casi proféticas palabras: "El Monte Picayo, signo de
contradicción porque así son las cosas y empresas de Dios en la vida."
Una nueva prueba vendría a engrosar la ya larga de incomprensiones, polémicas, no
necesidad de realizar este proyecto, etc.
El proyecto era justo es reconocerlo muy difícil y costoso hacerlo realidad en el lugar
escogido: 385 metros sobre el nivel del mar en pleno monte, sin ningún camino para llegar
hasta él, sin luz eléctrica y sin agua.
Sombrío era el panorama que se le presentaba al padre Fernando: la construcción del
santuario a la Virgen en ese lugar. Pero esa era la voluntad de Dios y había que obedecer
a Dios, antes que a los hombres.
Santa Teresa de Jesús, en medio de sus viajes por España, fundando conventos y superando
las dificultades que ello le ocasionaba, escribió lo siguiente:
"NADA TE TURBE, NADA TE ESPANTE, TODO PASA. LA PACIENCIA TODO LO ALCANZA. QUIEN A
DIOS TIENE, NADA LE FALTA. SÓLO DIOS BASTA."
Se desconoce si el padre Fernando habrá leído esta máxima de santa Teresa alguna vez;
pero había llegado la hora de vivir él mismo esta máxima.
Por parte de los superiores se le dieron plenos poderes para la realización material de
la construcción del santuario a la Virgen Milagrosa en el Monte Picayo, pero con la
condición y aquí empieza la serie de pruebas que tenía que superar durante la
realización del proyecto que la Congregación no contribuiría en nada económicamente a
su construcción.
El padre Fernando aceptó las condiciones, confiando sólo y exclusivamente en la
protección y ayuda de la Santísima Virgen. Pero como dice san Pablo, sabía muy bien de
quién se fiaba; y a ella confiaba la empresa, sabiendo que no lo abandonaría.
El reverendo padre Mariano Pérez Martín, superior provincial de la Congregación de la
Misión de San Vicente de Paúl, solicita del Ministerio de Agricultura la cesión de unos
terrenos en el Monte Picayo, lugar denominado "GAUSA", de Sagunto, y de utilidad
pública, para la construcción de un santuario en honor de la Santísima Virgen
Milagrosa.
Mientras llegaba la aprobación de lo solicitado, por parte del Ministerio de Agricultura,
el padre Fernando continuaba ejerciendo su ministerio sacerdotal a los feligreses que le
requerían, en la ermita de Santa Alicia de la urbanización Monte Picayo.
El día 13 de junio de 1965, el Ministerio de Agricultura cede a la Congregación de la
Misión de San Vicente de Paúl, por un período de noventa y nueve años, cinco
hectáreas de monte para la construcción del santuario solicitado.
De lo que tuvo que luchar el padre Fernando para adquirir fondos para realizar su
ambicionado proyecto, vista la negativa de sus superiores a cooperar económicamente,
sólo Dios y él lo saben.
Empezó por la campaña "MILLÓN DE LADRILLOS", que por medio de boletos de 5
pesetas vendía a los que quisieran ayudarle.
También algunas personas de la urbanización Monte Picayo le ayudaron bastante. Y que
junto con otras de las cercanas ciudades de Sagunto, Puerto de Sagunto y Puzol, recaudó
los primeros fondos para poder empezar la obra tantas veces soñada y deseada, de
construir en ese escogido lugar un trono a la Madre de Dios y nuestra, la Santísima
Virgen Milagrosa.