SIETE DE OCTUBRE DE 1994
El día 7 de octubre de 1994,
fiesta de la Virgen del Rosario, fue el escogido para llevar la imagen.
Con la colocación de la imagen de la Virgen Milagrosa, en la urna del altar, se había
cumplido el deseo mandato que por medio de un providencial fenómeno extraordinario había
empezado en lo alto de una estantería de libros, en la sala de lectura de la residencia
de ancianos de Manises, el 24 de mayo de 1994, como se ha explicado anteriormente.
Para testimoniar la fe y esperanza en la intercesión de la Virgen, se encendieron dos
luces que día y noche arden a sus pies, con la intención de pedirle favores y darle
gracias por los ya concedidos.
Esto sucedía al año exacto del principio de esta entrañable historia.
Se continuó trabajando para mejorar en el embellecimiento y adorno del altar, que el día
27 de noviembre de 1994, fiesta litúrgica de la Santísima Virgen de la Medalla
Milagrosa, ofrecía el aspecto que se puede ver en las adjuntas fotografías.
En el interior del santuario, por la sencillez de su construcción y tamaño del mismo,
poco más le podía poner.
Se pensó que, para más información respecto y sobre la advocación de la Virgen
Milagrosa bastante desconocido su origen a nivel popular , poner dos paneles, uno a la
derecha y otro a la izquierda, con la historia de las dos apariciones en París, escritas
por santa Catalina Labouré, que las vivió personalmente; y dos pequeños cuadros, uno de
san Vicente de Paúl y otro de santa Catalina Labouré.
Posteriormente también se puso un cuadro con unas fotos de cómo está en la actualidad
el santuario de las apariciones de la Virgen Milagrosa, en París (Francia).
Había llegado la hora de salir fuera y poner manos a la obra, pues el trabajo a realizar
era mucho y los obreros pocos sólo yo y con 64 años de edad . Se necesitaba urgentemente
mucha cooperación y ayuda que no llegó y continúa sin llegar.
Se puso manos a la obra sólo, pero con muy buena voluntad, de hacer y llegar hasta donde
se pudiera.
Lo primero fue rotular el santuario y los dos últimos tramos de subida al santuario,
tanto con vehículo como a pie.
Para no hacer más largo este pequeño trabajo, que se ha escrito sólo y exclusivamente
para informar de lo sucedido a los que lo quieran leer, se deja a la consideración de los
que visitaron este santo lugar durante los años que estuvo completamente abandonado y
comparen la diferencia de entonces a ahora.
Se termina este histórico relato, advirtiendo a todos los que han tenido la paciencia y
el interés en leerlo, que la finalidad de haber escrito los hechos tal y como sucedieron
no se debe a ningún protagonismo particular ni personal Dios me libre de tal tentación ,
sino al deseo de dar gloria a Dios, y según su deseo manifestado en su día, honrar a la
Santísima Virgen de la Medalla Milagrosa, en este su escogido santuario.